Se centra en considerar al alumno como principio de actividad en su doble sentido:
: Actividad exterior, reflejada en sus manifestaciones prácticas;
: Actividad interior, que se proyecta en el enriquecimiento de su espiritualidad.
Concebido como sujeto capaz de recibir estímulos, de crear, de descubrir, su formación se apoyará, también, en favorecer su expresión, toda vez que logre:
: Aprovechar las posibilidades de aprender;
: Ejercer la autonomía para adquirir progresivamente responsabilidad y llegar a un momento de su desarrollo en el cual sea independiente de los demás;
: Adquirir los mayores conocimientos posibles sobre un problema para que las decisiones que tomen sean más libres y menos condicionadas;
: Liberarse de sus limitaciones;
: Planear actividades que le permitan establecer relaciones espontáneas para formar equipos de trabajo a la vez que sacar el mayor partido de su tarea individual y del compartir grupal.